Construcción del socialismo (II). Las primeras medidas

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… Viene de la Primera parte: Construcción del socialismo (I). Introducción.

LAS PRIMERAS MEDIDAS DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO (1917-1918)

Durante los meses previos a la Revolución de Octubre, la dirección del Partido seguía los análisis realizados desde el regreso de Lenin a Rusia en abril de 1917, reunidos en el trabajo Tesis de Abril. El planteamiento central partía de considerar que la construcción del socialismo era la etapa posterior a la existente, calificada por Lenin como de “capitalismo monopolista de Estado”. Refiriéndose al desarrollo del capitalismo ruso, Lenin consideraba que “este capital monopolista de Estado es la preparación material más completa para el socialismo”.

No obstante, dada la situación más inmediata de interinidad y dualidad de poderes entre el Gobierno Provisional y los soviets (consejos de diputados obreros y campesinos), los bolcheviques propugnaron una alianza de las fuerzas de izquierda en torno a los soviets para acceder al poder y realizar varios objetivos urgentes: retirada de la guerra (Primera Guerra Mundial), convocar elecciones constituyentes y la organización básica de la economía.

Ante el marasmo existente en la primera fase revolucionaria (tras la Revolución de Febrero de 1917), las medidas que Lenin propuso para garantizar una mínima organización de la economía fueron las siguientes: la fusión de todos los bancos, manteniendo la propiedad particular de los depósitos pero controlando su actividad; la nacionalización de los principales consorcios (como el petróleo, el carbón, la siderurgia o el azúcar); el control del comercio exterior; la sindicación obligatoria y la organización de la población en cooperativas de consumo.

Estamos en el mes de septiembre de 1917, muy cerca de la toma del poder por los soviets. Los bolcheviques defendían un programa económico ciertamente radical, pero que no significaba la aplicación de la estrategia que el Partido había formulado previamente en torno al objetivo de la socialización generalizada de los medios de producción, resultado de una realidad que se imponía a los análisis teóricos previos.

‘Política de urgencias’ y primeras medidas económicas revolucionarias

Una vez triunfa la Revolución Socialista el 7 de noviembre de 1917, la política de urgencias pasaría a ser la tónica de los primeros tres años de poder soviético: medidas inmediatas en los primeros meses de 1917 y 1918 (periodo en el que se centra el presente artículo), la política económica en plena guerra civil conocida como “comunismo de guerra” y la posterior puesta en práctica de la nueva política económica (NEP).

Tras la conquista del poder, los bolcheviques formaron un gobierno que tenía como objetivo el desarrollo de tres ejes: salir de la guerra, entregar el poder a los soviets y la elevación de la productividad. Para lograr este último objetivo era imprescindible para Lenin “la organización de una contabilidad y de un control muy severo de la producción y la distribución de los productos, llevadas a cabo por todo el pueblo”. Para lograr estos objetivos se tomaron las primeras medidas económicas:

  1. La abolición de la propiedad privada de la tierra y el reparto de la misma a los campesinos, medida aprobada la misma noche de la toma de poder.
  2. El control obrero sobre las empresas y sobre el conjunto de la actividad económica en cada ámbito territorial, ejecutados a través de los soviets.
  3. La formación del Consejo Superior de la Economía Nacional (Vesenja) para coordinar la economía nacional.
  4. La nacionalización de las principales empresas industriales y de los bancos, junto a la cancelación de la deuda interna y externa contraída por anteriores gobiernos.

Hay que decir que las nacionalizaciones de una parte de empresas y bancos no se hicieron en virtud de posiciones previas, sino ante la negativa de los hasta entonces propietarios privados a negociar con el Gobierno revolucionario. Se trataba de medidas que profundizaban el programa económico planteado dos meses atrás, pero orientadas en el mismo sentido, tratando de hacer compatible el funcionamiento de la economía bajo una nueva forma de organización que sería controlada por los soviets.

Las dificultades económicas fueron creciendo y se agravaron aún más tras la firma del acuerdo de paz con los alemanes en Brest-Litovsk que puso fin a la participación rusa en la Primera Guerra Mundial, lo que significó importantes cesiones por parte de la nueva Rusia soviética, como la pérdida de territorios en Polonia y Ucrania; lo que dañó la ya de por sí precaria situación de la industria y de la agricultura.

Ante la alarmante situación, los dirigentes bolcheviques fueron decantando sus posiciones hacia una política económica que perseguía un mejor funcionamiento de la economía del país por la vía del control estatal. Así fue como en los meses finales de 1917 y comienzos de 1918, el Vesenja pasaría a controlar la economía nacional; todo ello en un clima social y político marcado por los momentos previos al inicio de la guerra civil provocada por la decidida intervención militar de potencias extranjeras en la primavera de 1918 contra la Rusia soviética.

» Sigue en la Tercera Parte: Construcción del socialismo (III): comunismo de guerra